domingo, 23 de febrero de 2020

Visita al Santuario de Meiji



             Todos sabemos que Tokio es una ciudad moderna, llena de edificios, muchos de ellos rascacielos, movimiento de gente y transporte, un lugar donde todos viven muy ocupados en sus actividades. Sin embargo, en medio de todo este lugar, podemos encontrar un “oasis en la ciudad”, y es que el Santuario de Meiji, se encuentra ubicado en Shibuya, uno de los modernos y bulliciosos distritos de Tokio, de otro modo, su localización en un bosque lleno de árboles de diferentes especies y al costado del parque Yoyogi, hacen del lugar un espacio donde aflora la naturaleza mientras caminamos hacía el fondo del parque donde se encuentra el famoso Santuario de Meiji. Nos perderemos dentro del camino rodeado de árboles y saldremos del bullicio de la grande ciudad de Tokio.



              Llegué desde Machida hasta Harajuku, en la línea Odakyu hasta Shinjuku para después hacer el cambio de tren a la Línea Yamanote. Una vez que salí de la estación de Harajuku , me encontré con la entrada a la Calle Takeshita, muy concurrida por los jóvenes japoneses y extranjeros. A unos poco metros, el puente Meiji y desde allí ya pude divisar la entrada al Santuario Meiji, con una gran puerta conocida con el nombre de torii「鳥居」en japonés. Los extranjeros ingresaban cruzando la puerta, sin embargo, los japoneses hacían una pequeña reverencia como saludo al ingreso, o despedida a la salida ya que es una costumbre de ellos.



Siempre que viajo por Japón, puedo observar una gran cantidad de turistas chinos. Sin embargo, lo que me llamó la atención en esta oportunidad, fue la poca presencia de turistas chinos debido al brote de la enfermedad conocida como “el nuevo Corona Virus” que se está contagiando muy rápido por todo el mundo.


              Se dice que este santuario fue construido en 1920 y dedicado al emperador Meiji y su esposa, la emperatriz Shoken, como un agradecimiento por sus acciones durante la llamada Restauranción de Meiji. Incentivó a una sociedad más occidentalizada y motivó a las relaciones con algunos de los países desarrollados de este entonces. Este año 2020, se celebrará el centenario de su consagración y que coincide con el año de la realización de los juegos olímpicos y paralímpicos en Tokio.


              Al caminar con dirección al santuario vamos a ir cruzando varios “torii” de madera y cobre y veremos la figura del crisantemo, la flor que podemos observar en el blasón de la familia imperial. A los costados del camino sólo veremos los árboles rodeando el lugar. Mientras caminamos podemos sentir un aire puro y de paz. Mientras disfrutamos del ambiente vamos a encontrar unos barriles de sake y vino en exhibición. Más adelante unos paneles con la historia de la época Meiji.



              Este santuario está conformado por la zona interior conocida como naien y la zona exterior como gaien, cada una de ellas con su característica especial. Llegamos al último “torii” que nos llevaba al Santuario Meiji. Ingresé, no sin antes lavarme las manos en la fuente de ablución “Temizuya”, que según dice las costumbres de esta religión es para purificarse el cuerpo y el alma de las malas energías antes de entrar al templo. Me dirigí al santuario para lanzar unas monedas y hacer una pequeña reverencia, las dos palmadas y pedir un deseo.  Otra de las costumbres es comprar un omamori o amuleto, los omikuji para la conocer la suerte de cada uno o escribir en el ema nuestros deseos. Yo decidí comprar un omamori y colocar mi deseo en un ema para colgarlo y tener la esperanza que se hará realidad.


              Me quedé unos cuantos minutos disfrutando del lugar y tuve la suerte de ver a unos novios cruzando la plaza donde está ubicado el santuario. Observé la arquitectura del lugar, sus costumbres y la naturaleza del lugar. Al terminar de visitarlo me quedó una sensación de paz y tranquilidad.

Acceso:
-         Línea de tren JR Yamanote y bajarse en la estación de Harajuku
-         Metro línea Chiyoda y Fukutoshi, bajarse en la estación Meiji jingu mae.







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