Y siguiendo nuestro recorrido por
este hermoso y misterioso lugar como es Kyoto, después de visitar el Templo de
Fushimi Inari Shinden con sus enigmáticos 1000 arcos de color
rojo y la belleza del Bosque de Bambú con su naturaleza y paz que nos impone al
visitarlo. Nos dirigimos hacia otro de los más famosos templos de la zona y que
sin duda no podiamos perder la oportunidad de ir a conocerlo.
Nos dirigimos al norte de Kyoto después
de recorrer toda la ciudad por el centro histórico de esta bella zona llena de
templos y castillos. Al llegar bajamos del bus y caminamos unos cuantos metros,
estabamos entrando a ver uno de los lugares que siempre lo habiamos visto por
foto en folletos o guías turísticas. Finalmente llegamos al lugar y a pesar de
la cantidad de gente que había alrededor por ser las vacaciones de verano, con
el orden que siempre es admirable en Japón, pudimos ver en principio el hermoso
pabellón que brillaba gracias a sus paredes enchapadas de oro. Un hermoso
paisaje que contrastaba la naturaleza con el pabellón, Ya con más calma, nos
paramos frente a este templo considerado una “Patrimonio a la Humanidad” por la
Unesco en 1994 y desigado como un Monumento histórico de la antigua Kyoto. Se
dice que este pabellón se construyó en 1397 y su finalidad fue hacer una casa
de retiro para el Shogún Ashikaga Yoshimitsu. Su hijo lo convirtió en un templo
y en el año 1950 un monje lo dejó en cenizas. En 1955, se reconstruyó siguiendo
fielmente el diseño original, sin embargo en esta ocasión se cubrió con láminas
de pan de oro.
Realmente nos quedamos sorprendidos,
el templo junto a un estanque conocido como “Espejo de agua” donde reflejaba la
imagen del edificio dorado en sus aguas y alrededor los pinos en sus diferentes
tonos de verdes y sus formas característcas al estilo japonés que los rodea y
que representan capítulos del budismo japonés. Nos paramos unos minutos para
apreciar profundamente el templo en su totalidad, recorrimos alrededor del
estanque y por la parte de atrás también pudimos observar de cerca este bello
edificio, en la cima del templo podemos observar una estatua del fénix en
dorado también. Tomamos foto en todos sus lados, desde la parte frontal donde
la mayoria de personas de acumulan para captar las mejores tomas hasta la parte
de atrás que está a orillas del estanque. El Pabellón Dorado nos recibió con un
día soleado y con un calor de casi 40 grados centígrados, diriamos que nos
estabamos derritiendo pero el buen clima nos hizo admirar la belleza del
pabellón y sus alrededores.
Aceeso:
Desde la Estación
de Kyoto:
Autobús No 12,59
parada en Kinkakuji-mae.
Autobús No 101,
102, 204, 205 parada en Kinkakuji michi.
Horario: todos
los días de 9:00am a 17:00pm
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